The Bridges of Madison County (I)
No, no es una reseña de la película de Eastwood. Vero me clavaría un cuchillo oxidado en la oreja si hago una crítica de cine en mi blog personal en vez de hacerlo en “El Buen Cine”. Eso sí, a partir de la re-visión de la película me han vuelto a visitar algunas sensaciones y experiencias que no quería dejar de comentar y compartir con los visitantes de este blog que como siempre repito, es pobre pero honrado.
Como lo he comentado más de una vez y a despecho de no haberme estrenado aún como colaborador del blog cinemero debo reconocer que mi relación con el cine es más vivencial que analítica. Siempre he querido ser parte de las películas que más me han impactado en vez de ser un mero espectador. Nada me hubiese provocado más placer que caminar al lado de Natasha Kinski en “Tess”, haber estado sentado en algunas de las butacas de “Cinema Paradiso”, participar activamente en alguna balacera de la saga de “Dirty Harry”, haber cabalgado al lado de Kevin Costner en “Dancing with Wolves” ,estar con mi traje de esquizofrénico incluído en la patota de Jack Nicholson en “Atrapado sin Salida”,hacer de contraparte de una magnífica Sofía Loren en “Una Giornata Particulare” o simplemente ayudar a Juliette Binoche a admirar frisos y frescos a la luz de la vela en “El Paciente Inglés”. El cine no solamente recrea mundos imaginarios y ficticios, también nos da la oportunidad de convertirnos imaginariamente en partícipes de la materialización momentánea de nuestros más caros anhelos y ambiciones.
Cuando se estrenó “The Bridges… “a mediados de 1995,fui al cine interesado en apreciar la maestría creciente de Eastwood al frente de la cámara. Sin ser un fan consumado de las historias de amor y melodramas, debo reconocer que salí no solamente satisfecho por el impecable trabajo del director sino también por la estupenda química entre los actores, la fotografía cautivante de la película, la música cuidadosamente escogida para cada escena (las voces de Dinah Washington y Johnny Hartmann eran el único acompañamiento posible en escenas tan íntimas como silenciosas) y un desenlace inquietante que dejaba en el espectador más dudas que certezas. Sueños, ilusiones, amor, felicidad e infidelidad alrededor de una vida aparentemente ordinaria, un cóctel demasiado sugerente para la gente –como yo- que pensaba que tenía su vida organizada. Para los que no la vieron, la película describe el descubrimiento por parte de los hijos del gran secreto de su madre, recientemente fallecida. Los hijos, con una existencia urbana y disfuncional descubren con sorpresa que su madre, Francesca, había tenido un affaire sentimental durante una ausencia del padre y los hijos con un fotógrafo de Nat Geo, Robert Kincaid. Apelando a la técnica del flashback Eastwood recrea en un tono amable y delicado la vida apacible y asfixiantemente ordinaria de la protagonista, su encuentro con Kincaid, las motivaciones que llevan a estos a iniciar una relación tan breve como intensa y el triste desenlace de este encuentro entrelazándolo a manera de lección emocional con las decisiones que los hijos de Francesca deben tomar en su vida cotidiana. Puede que todos los que han tenido la oportunidad de apreciarla no la hayan valorado de igual forma como es comprensible, lo que si me ha quedado claro es que la película perturba en mayor o menor forma el imaginario emocional y personalísimo de cada espectador.
Cuando vi por primera vez la película, corría el año 95 y ya tenía un año de matrimonio con mi ex – esposa. Me había casado el año anterior luego de una relación de enamorados de 9 meses y encandilado por la belleza ,la afinidad de gustos y el querer asegurar mediante un vínculo duradero una relación que a veces trastabillaba por la diferencia de edades (me llevaba casi 6 años) y algunos problemas familiares del lado de mi familia política. Ambos queríamos exorcisar además los fantasmas de nuestras relaciones anteriores y en lo personal quería ponerle fin a una época de desarreglo personal en los que el trabajo, los excesivos viajes y las interminables juergas me estaban convirtiendo en una bomba de tiempo que iba a terminar generando una implosión dentro de mí con consecuencias nada agradables. Es evidente, a la luz de la claridad y la sensatez que te otorgan la distancia y el tiempo, que tenía tantos motivos como escasas convicciones válidas para dar un paso trascendental y aparentemente duradero. Recuerdo que mi padre, con quien a pesar de haber discutido mucho durante mi adolescencia llegué a tener desde los 22 años una extraordinaria relación, me llamó antes de salir para la iglesia y me sirvió un vaso de bourbon con hielo, el trago que compartíamos como excusa para conversar y me dijo en voz baja, pero firme”Joven, me parece que Ud. se esta apresurando”. Para variar, lo escuché pero no le hice caso, estaba demasiado aferrado a la meta que me había propuesto como para que me bajen del caballo en la hora nona. Y me casé. Y me jodí. (Nos jodimos ambos, vale reconocer)
El primer año de matrimonio fue algo complicado. Había cambiado de trabajo, ambos teníamos una situación económica expectante pero afloraban a menudo desavenencias en las formas y maneras de encarar la vida. Éramos egoístas en esencia, poco solidarios en la renuncia a nuestro espacio personal. Dos islas conectadas mediante un puente que ninguno se atrevía a cruzar de motu propio. Cada uno en su fortaleza, apoltronado en su existencia, renuente a compartir en forma sincera su mundo interior y su espacio vital. El sexo no era malo, tampoco espectacular, cumplíamos con satisfacernos, ejerciendo la autoindulgencia en términos de calidad y cantidad. A veces, el deber solía ser placentero (y compartido).
Es en medio de esa coyuntura que sentado en una sala de cine escuché a Clint Eastwood confesarle en forma absoluta y convencida a una incrédula y sorprendida Meryl Streep: "This kind of certainty comes but once in a lifetime." Vaya sorpresa, yo tenía a una pareja con la que habíamos hecho votos perdurables y eternos de mutua compañía y felicidad pero no era poseedor de dicha certeza. Y creo que ella tampoco la poseía. Derramó solapadamente un par de lágrimas al fin de la película, tal cual lo hicieron la mayoría de mujeres asistentes a la sala. Creo que cualquier película dramática puede llegar a tener el mismo efecto en la platea, en todo caso, pienso que el tema de la esposa abnegada que no desea romper su matrimonio en busca de su felicidad y realización personal es bastante familiar en una realidad como la nuestra, tan pródiga en caretas y disfraces convenientes para cada ocultar la incómoda realidad.
La certeza del amor que se tiene una sola vez en la vida. No la sentíamos ambos, a pesar de haber tratado de convencernos de eso por medios civiles y litúrgicos. Creo además, que las lágrimas del cine eran evocativas y nostálgicas, asumiendo que sin ser el amor de su vida iba a estar con ella por el resto de nuestras existencias, tal como decían nuestros abuelos, contra factum non valet argumentum. El primer clarinazo de alerta lo sentí ese día, intuía que lo nuestro no tenía futuro sino que además debía ser interrumpido antes que la formación de una familia o alguna complicación de orden legal o material nos terminase haciendo imposible la vida a los dos. Sin embargo no dije nada, callé mis inquietudes sin compartirlas con nadie y dejé que las cosas siguiesen su rumbo. Total, quedaban 5 meses del año y sumando los viajes que cada uno tenía que hacer solo íbamos a estar juntos un par de meses en total. Necesitaba tiempo para pensar, para ordenarme y decidir que rumbo debía tomar mi vida. Me sentía un prisionero de lujo en una jaula tan cómoda como fría, tan irreal como certera. Inmensa paradoja, la única certeza que necesitaba brillaba por su ausencia.
Dos acontecimientos precipitaron una toma de decisión por mi lado y el desvanecimiento de nuestra relación por el otro. El primero, un mal resultado financiero en un negocio en el que había puesto muchas expectativas y dinero. Todo salió mal y perdí tanto dinero que tuve que recurrir a mis ahorros y a la venta de mi auto para poder arreglar los problemas y evitar mayores complicaciones. Su solidaridad fue escasa, las recriminaciones fueron mutuas y eso nos distanció aún más. Empecé nuevamente de cero, con las expectativas en el mediano plazo de poder recuperarme con un negocio de mediana envergadura y con el rencor guardado de saber que en un momento álgido no había recibido la solidaridad debida. Lo suyo era de ella y lo mío era nuestro (menos las deudas, claro esta). El segundo acontecimiento no fue tan desagradable. Una reunión de ex – alumnos que coincidió con un viaje de ella fue la ocasión para ver a mucha gente que no había visto en años. Entre las personas de mi mesa, estaba una chica con la que no conversaba en años y que trabajaba en la oficina de unos amigos. A pesar de tener mi edad, no había estado en mi clase sino en una posterior. Muy guapa, estaba de novia con una persona un poco mayor y andaba un poco como yo, buscando un poco de aire fresco. Conversamos mucho, bailamos bastante y al final terminamos con un grupo grande de gente en el inolvidable Amadeus. Cada uno para su casa y al final me quedó una sensación de haber conocido a la persona indicada en el momento equivocado. Había sentido química, no atracción. Y creo que las simpatías eran mutuas pero nadie había dicho nada ni dejado entrever algo. Habíamos confesado que estábamos bien con nuestras parejas, pero ambos sabíamos que no éramos cabalmente sinceros en lo que expresábamos, aunque eso lo habríamos de comprobar muchos meses más tarde. Y a pesar de avizorar algunos atisbos de la certeza comentada por Eastwood, sabía que más que no poder pensar en eso, no debía pensar en eso.
(Continuará)
¡Qué fuerte! En verdad una película así puede ser un verdadero detonador. Lo interesante será saber (no sé si lo confesarás en la continuación) si con la actual marinovia sientes eso de once in a lifetime. Ojalá que sí (soy una romántica pues).
¿La gente botó un par de lágrimas con esa pela? ¡Yo inundé el cine!!! Una de las películas más moko que recuerdo.
Vero no te va a cortar la oreja, te va a cortar otra parte de tu anatomía si no utilizas tu buenísima pluma para darnos una buena recomendación cinemera en el blog correspondiente ;)
My dear Vero Bobitt,
Pensaba que era el único lunático que se tomaba a pecho el cine así, pero veo que poco a poco ...somos máaaaaaaas!!!!!
Chimbombadas aparte, este fin de semana voy a colgar la segunda parte del post y prometo solemnemente hacerlo también en el "blog correspondiente".La semana pasada solo alcancé a colgar lo del marinovio y ya no me dió el tiempo.
Thanks for stopping by
Schatz
Yo también lloré como loca con la película... Sobre lo que cuentas de tu ex-matri, te diré que eso que cuentan las mamás de que los primeros años de matrimonio son los más difíciles, a mí me parece que es muy cierto, y esto independientemente de que a tu pareja la hayas conocido 9 meses o 9 años antes... a veces la convivencia puede cambiar mucho las cosas...y si logras superar las primeras crisis y a pesar de eso seguir amando a tu pareja, pues yo creo que ahí si se confirma lo del once in a lifetime.
Mi primer año de matrimonio fue terrible!!, broncas por aquí y por allá, y más de una vez estuve con las maletas hechas dispuesta a chapar el primer avión que salga para Lima y mandar todo al diablo... pero ahora mirando hacia atrás veo que a la larga todo lo que pasamos no hizo más que fortalecer la relación que tengo con mi esposo y darme de cuenta de que él realmente "es". Claro que hay casos en los que ocurre totalmente lo contrario como imagino, habrá sido tu caso...
Espero la segunda parte entonces...
Saludos!
Bienvenida al club lacrimógeno Ursula, ya somos 3,incluída Vero.
Lo que mencionas es muy cierto,uno piensa que la primera etapa del matrimonio es la más almibarada pero lamentablemente no es así,sobretodo cuando no ha habido convivencia previa.
Me alegro que hayas reconfirmado tu "certeza".Yo estoy a punto de cumplir 10 años y al margen de haber establecido un récord personal de estabilidad con una misma persona me siento muy tranquilo con todas las cosas que hemos pasado juntos.No te cuento más pues lo voy a poner en la 2da parte.
Salutti/Schatz
Mi querida I..,
El Club lacrimógeno sigue engrosando la lista de miembros.
A fin de cumplir con los requisitos completos y ser admitida como miembro de numero,deberá llenar la siguiente encuesta:
1)Lloró a mares cuando Natacha se casó con el niño Raulito?
2)Es asidua concurrente a los cines City Hall y Metropolitan?
3)Tiene un DVD con la versión completa de Madre India?
4)Lloro a moco partido viendo la enésima repetición de "El Campeón"?
5)Cuando ve el mar piensa de inmediato en la película Titanic?
6)Tiene la colección completa de Los Panchos en su velador?
7)Su dial esta presintonizado con Radio Corazón?
8)Se sabe de memoria las baladas de Camilo Sesto?
9)Aplaudió en el cine(siempre llorando) cuando Patrick Swayze regresa del más allá para apapachar a Demi Moore en Ghost?
10)Cuando su marinovio le pregunta por alguna preferencia Ud. responde"Dimelo con Rosatel"?
11) Su aria favorita es "Una furtiva lágrima"?
Se agradece la concisión y la veracidad en las respuestas.
Besos/Schatz
Una furtiva lágrima
No publicara la II parte?
Ay Schatz, ¡eres la muerte con tu encuesta! Pero por mayoría de votos responderé el lacrimometro:
1. ¡Claro que sí! Y también cuando Carito se quedó muda y cuando recuperó la voz :)
2. Vivo cerca del City Hall pero ya no existe, ahora es el local grrr de Pare de Sufrir :(
3. Jamás ví una pela india, mi mamá sí y me decía que eran bobas pero las tipas bailaban bonito. En fin, voy corriendo a buscar Madre India.
4. ¿El campeón es una pela?
5. I hate Titanic, Celine Dion y todo lo que tenga que ver con ese bodrio.
6. No, pero sí de Los Morunos: "Quise motivar tu vidaaaaaaaaa, quise motivar tu vientreeeeeee...". Uy, mejor no sigo :)
7. Odio Radio A, Corazón, Ritmo y todas esas que se han construido en base a acciones y lágrimas de secretarias románticas s.a.
8. Of course! "A escondidas, tengo que amarteeeee...".
9. Aplaudí, llore, grité y me corté el pelo como Demi Moore.
10. No tanto, prefiero que me lo diga frente a frente, bajando la mirada.
11. Ni idea qué es eso, pero mi favorita es "Corazón de poeta".
Y bien cari, ¿soy o no soy una romántica total?
Espero la respuesta a mi test :)
Besos.
Mi querida Meli,
Es usted una romántica consumada.En las preguntas de más puntaje responde positivamente, es evidente que el romanticismo le brota por todos los poros y comisuras de vuestra naturaleza.
Bienvenida al staff de nuestro lacrimógeno Club. De acuerdo al puntaje obtenido,será considerada una miembro de número,lo cual le otorga un sinnúmero de privilegios así como los siguientes regalos de bienvenida:
- CD Box-Set de regalo de "Cortavenas Greatest Hits". Este hermosísimo set de canciones viene con un juego de hojitas de afeitar oxidadas para garantizar el éxito del plan.
- Cena romántica para dos en la anticuchería "Puro Bobo".
- Noche de ensueño en el Hostal "Toma Mientras",incluyendose PH,jaboncito rosado y agua caliente.
Contáctese con el staff para poder recoger sus premios.
Atentamente
Schatz
Oh my god!!!
Gané, gané, ¡GANÉ!
Quiero mi premio ya!!!
Besos.
1.- OSEA AMADEUS!! OH MY GOD HACE CUANTO FUE ESOOOOOOOOO... YO ERA PUBER-ADOLESCENTE Y ME ACUEROD K ME MORIA DE GANAS DE IR PORK MIS PRIMOS MAYORES IBAN!!! NUNCA PS ERA CHIKITA M DIJERON!!
2.-ESOS MOMENTOS EN K SE PRESENTAN LAS TENTACIONES SON LOS K T HACEN DAR CUENTA DE LO K ES TU RELACION
3.-OSEA EXPLICAME...XK T CASASTE???????????????
BSOS