El Urbanito

Crónicas de lo que sucede alrededor nuestro y eventualmente de lo que sucede en mi interior.




Ginecólogo jubilado

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Los peruanos tenemos una larga tradición de “cagonería”. Y que significa eso? Fácil de explicar, ser cagón pues, arrugar, quitar el cuerpo, zafarle el bulto a la responsabilidad, perder algo cuando ya lo teníamos ganado y asegurado. Significa también tenerle miedo a la victoria grande, al objetivo ambicioso y que –Ribeyro dixit- somos presa de aquella eterna tentación del fracaso. Nuestra historia colectiva esta salpicada de hechos paradigmáticos al respecto; el imperio inca estaba dividido cuando llegaron los conquistadores y sus conflictos internos ayudaron a los españoles a conquistarlos sin mucho problema, luego de la independencia nos dedicamos a instaurar récords de brevedad en cuanto a duración de presidentes, el presidente Prado se escabulló de manera poco digna en plena guerra con Chile, Arequipa (discúlpame Patricia, es la historia) se entregó sin disparar un solo tiro en 1883 y asi sucesivamente. Quizá la quintaesencia de esa compleja mazamorra que tenemos los peruanos la entendí en 1975 cuando una mañana, de la mano de mi padre, salimos a ver una marcha que pasaba por la Av. Brasil y donde una iracunda multitud gritaba “! Chino, contigo hasta la muerte!”.Semanas después al chino (el dictador Juan Velasco) le metieron una patada en el orto y nadie volvió a salir a la calle a despeinarse por su líder eterno. Bien decía Gonzáles Prada que “el peruano no sabe amar ni odiar, tan solo sabe olvidar”

Como ya lo he dicho antes (y no estoy inventando nada) el fútbol es un reflejo de la sociedad donde se desarrolla y por supuesto de la vida. No es necesario recordarles que al margen de esporádicas alegrías y archi-repetidos goles de Cubillas en el fútbol no le hemos ganado a nadie. Que yo recuerde, en el balance solo tenemos una Copa América en 1975 (donde pasamos a la final por sorteo) y una larga historia de “casis”y goleadas humillantes: casi le ganamos a Brasil, casi clasificamos a tal o cual mundial, goleados con escándalo ante Argentina en 1978, contra Polonia en 1982, contra Uruguay y Ecuador hace poquito nomás. Hemos trasladado ese extraño concepto de amor-odio que le tenemos al país a nuestro sentimiento por la selección peruana pues hace tiempo que el fútbol ya no es un pretexto para ser feliz.

Los que me conocen un poco saben que mi visión sobre el fútbol es bastante ácida. Conocer de cerca al sistema, los dirigentes, los periodistas y los jugadores hace que a uno se le terminen de derrumbar todas las pasiones e ilusiones que albergaba desde chico y termine dedicándose a esto con el mismo sino del ginecólogo: uno ya no se puede divertir donde trabaja. A pesar de tener entrada gratis ya no voy al estadio a ver a la selección; estoy curado de los turistas que solo aplauden cuando Perú gana o que piensan que la tribuna de Occidente es una suerte de réplica del tendido de sombra en Acho. Tampoco me junto con amigos en casa a hacer parrilladas y declino invitaciones generosas de amigos que quieren saber de que color es el calzoncillo de tal jugador o si es verdad que fulano se pescaba a alguna actriz o vedette. Mi pasión no se ha extinguido pero se ha reducido a ver el fútbol sentado en un sofá mientras hacemos un crucigrama a medias con el Panzón o dormito leyendo El Comercio y jugando Tetris en el teléfono.

Por eso me llama la atención lo que ha pasado en los dos ultimos partidos de la selección. Como bien dice un amigo entrenador existen dos maneras de jugar al fútbol; bajo un sistema organizado y definido y “alaquechucha”. Este último sistema es el escogido por selecciones y equipos peruanos en los ultimos años, algunas frases emblemáticas que definen este estilo tan vernacular:

“Ya muchachos, salgan a hacer lo que tienen que hacer”

“Vamos chicos, metiditos, por el objetivo y por las familias”

“Oigan, quiero cobrar ese premio al final del partido porque estoy misio asi que ya saben, hoy tenemos que ganar”

“Vamos a rezar para que el señor nos ilumine y nos enseñe el camino de la victoria”.

Todas frases verídicas escuchadas por este pechito en camarines o por versión directa de los protagonistas. Por eso me ha sorprendido ver a un equipo que sin tener estrellas rutilantes, ayuda divina y apoyo de la afición ha sacado dos resultados positivos poniendo orden, garra y unas ganas inmensas de sacar adelante las cosas a pesar de los precarios medios de los que se disponen. Con dos delanteros reciclados, jugadores del medio local, chicos bisoños profesionalmente y un solo jugador de categoría internacional se le ha jugado de igual a igual a una selección que vale (sin exagerar) más de 150 millones de dólares. Con esto se esta demostrando que con trabajo se puede llegar lejos, que los indisciplinados serán estrellas pero no indispensables, que los peruanos no somos cagones y podemos sacar resultados en el ultimo minuto y que no hay ningun rival inalcanzable en el fútbol moderno (o alguien me puede explicar porque podemos comernos 5 goles frente a Ecuador y jugarle igual a un bi-campeón del mundo como Argentina?).

Lo más probable es que no clasifiquemos al mundial. Hemos perdido demasiados puntos y lo máximo a lo que se puede aspirar es al 5to puesto que nos da derecho a un partido adicional para tentar una chance. Pero mientras vea que hay un entrenador que es fiel a sus principios y se hace respetar frente a las presiones de los que quieren que regresen los juergueros y haya 11 obreros que se matan en la cancha metiendo, luchando, poniendo la pierna fuerte y renegando de la historia que nos sindica como unos simples cagones yo regresaré de mi exilio pasional y me volveré un seguidor constante y agradecido de este equipo cuasi anónimo que me ha devuelto no solamente las ganas de creer en una camiseta nacional sino también parte de la pasión que llegué a perder por un deporte tan hermoso.

Nunca más un partido en diferido, un gol en el noticiero o un partido en pijama y solitario mascullando los goles con la emoción apagada de un burócrata. Gracias a ustedes muchachos acabo de colgar la almidonada tenida de ginecólogo y me he vuelto a poner la camiseta para sudarla (aunque sea con trago).


El escritor y el provocador

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So pena de parecer un cochito repetitivo y recalcitrante debo reconocer que las mejores cosas que me suceden se presentan de pura casualidad. Hace unos días tenía una cita con un amigo que trabaja cerca de la Plaza de Armas y terminada la reunión me compré un diario y entré al Cordano para ver como andaban las cosas. Los mismos mozos , los mismos sandwiches, escabeches y viandas frias en los escaparates. Una papita a la huancaína con crema extra, una chichita para asentarla y una tranquilidad absoluta a pesar que el local se encontraba absolutamente lleno.

Satisfecho el antojo decidí bajar a pié por el Jirón de la Unión hasta la Plaza San Martin ,vieja y esporádica costumbre.A eso de las tres de la tarde la caminata es soportable pues no hay tanta gente. La decadencia emergente que representa el otrora jirón de estirpe sigue siendo la misma:jaladores de mil negocios, olor a incienso hindú, pollos ahogados en aceite de camión, cines y casinos de mala muerte. Cuando comienzo a pensar que el centro de Lima ya se terminó de morir y nadie la he hecho una misa reparo en una casona remozada en la cuadra 5. Entro pidiendo permiso y me doy con una sorpresa como es la exposición "Mario Vargas Llosa:La libertad y la vida". Entrando a la izquierda hay una sala dedicada a realzar el trabajo realizado en la remodelación del inmueble y como no, una pequeña exposición con abundante información sobre la vida y obra de Bernardo O´Higgins ,un chileno notable que contribuyó a la causa de la independencia americana.

Saliendo de dicho ambiente comienza una magnífica exposición donde se le rinde homenaje (en vida,como debe ser) al escritor más notable que este país ha alumbrado,le duela a quien le duela. Y no es una suerte de alegoría fatua donde se ensalzan virtudes inexistentes; es un recuento vivencial donde se ponen de manifiesto las pasiones del escritor por la literatura, el cine , el teatro y el país. Para toda persona que en menor o mayor grado se siente identificada con la literatura es emocionante ver libros clásicos antiguos garabateados en sus páginas finales con notas de MVLL sobre las impresiones que la lectura le había dejado además de muchos objetos pertenecientes al escritor en sus distintas épocas trashumantes en el país y en el mundo. Manuscritos , notas al vuelo, máquinas, apuntes, fotografías, dedicatorias , todos objetos materiales que testimonian la evolución del compromiso del escritor con su obra y su tiempo.

Mención aparte merece la curaduría y el diseño de la muestra. La palabra e imagen del autor nos acompañan en cada sala ya sea mediante infografías, fotografías o soporte multimedia con material y entrevistas inéditas. Y en el segundo piso se han realizado instalaciones tomando como referente principal algunas obras tales como "Conversación en La catedral", "La Casa Verde" o "La Ciudad y los Perros" así como un ambiente dedicado a la accidentada incursión de MVLL en la política. Una exposición que merecería ser itinerante y visitar otras capitales donde la obra del escritor también es apreciada.

Preocupémonos en todo caso de visitarla , va hasta fines de Octubre y la entrada es libre, no tienen excusa para no hacerlo. En todo caso los dejo con la palabra de MVLL quien visiblemente emocionado y con un entusiasmo impecable nos cuenta lo que piensa al respecto.

Y de yapa, para que no se diga que este es un blog que solo es bueno como somnífero antes de dormir les dejo otro videíto para que recuerden que en esta esquina también solemos ser irreverentes y populacheros. Me he orinado de la risa al verlo en TV este domingo y lo quería compartir con ustedes.Al fin alguien que contribuye con hechos a desvestir a esa virgen de utilería que es el canal del hermanón.







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