Siempre he llegado de casualidad a los lugares, situaciones o personas que han sido de alguna manera determinantes en mi vida. Creo que la mejor explicación a esta simbiosis con el azar la puede explicar mi no planificado nacimiento; mi madre tuvo una pérdida antes de tenerme a mí lo cual indica que no fui parte de un plan inicial sino una respuesta frente a las circunstancias de la vida. Soy de los que siempre ha sentido –al menos asi me lo dijeron de niño- que el hombre es capitán de su propio barco y de su voluntad personal dependerá que este encalle estrepitosamente o arribe a buen puerto a lo largo de su vida. Contradictoriamente todas las cosas importantes no me sucedieron en forma planificada ni fueron consecuencia de mi “férrea” voluntad. Azar, probabilidades aleatorias, “cazuela” o “champú”, pónganle el nombre que quieran o píntenlo del color que les venga en gana; en la práctica soy la pelota de playa del destino que la única seguridad que tiene en la vida es no saber que miércoles va a pasar el día de mañana.
Por una de esas inescrutables casualidades llegué a San Marcos en 1984. Tenía 17 años, acababa de completar un título en educación técnica con un idioma de yapa y sentía que era el momento de estudiar lo que quería: una carrera de letras que me sirviese para meterme después en la academia diplomática. Quería hablar varios idiomas, conocer gente interesante, viajar hacia países lejanos y enamorarme de mujeres fascinantes. Sin embargo mi padre y la realidad tenían otras prioridades y se decidió que lo más aconsejable era que debía estudiar una carrera de ingeniería para no desaprovechar el grado de técnico que ya tenía. El razonamiento paternal alegaba que si con mi grado de técnico dominaba la química de cabo a rabo –lo cual era cierto- con los estudios de ingeniería agregados podría ser capaz de descubrir el combustible sintético o inventar la máquina del movimiento continuo. Error de cálculo pues la verdad que a la fecha no he inventado absolutamente nada –salvo algunas historias alucinantes para enamorar a alguien o justificar retrasos crediticios- y mis pericias ingenieriles se reducen a cambiar ocasionalmente algun foco o arreglar desperfectos menores de algun WC de la casa.
Cuando llegué a la cuatricentenaria universidad no tenía la menor idea de que iba a empezar a conocer el verdadero rostro del país. Épocas difíciles en las que el senderismo pugnaba por controlar cada m2 del campus en todo tipo de actividad proselitista y en donde tuve que reformular todo lo que había aprendido hasta la fecha a fin de poder sobrevivir en un ambiente donde solo era un código entre 40,000 más. Rápidamente reparé en el error de selección cometido, si bien los dos primeros años eran de total inmersión en la química los 3 ½ años que seguían versaban sobre enrevesados cursos de ingeniería que me provocaban el mismo entusiasmo que saltar hacia el acantilado desde el puente Villena. Había que matizar la estadía con actividades extra-curriculares que ayudasen a combatir el tedio y asi lo hice en forma diligente desde el primer día y hasta el último momento que tuve en la universidad. Fútbol, viajes, observación astronómica, organización de eventos y un sinfín de actividades para las que siempre encontraba tiempo. Aprendí que el país no era el guetto donde había estudiado o mi barrio de Magdalena donde todos nos conocíamos, era más bien un sitio convulsionado, variopinto, ubérrimo y desigual cuya maqueta y laboratorio de pruebas era la ciudad universitaria.
Como en la Universidad,todos atentos a la foto y yo metiendo vicio
Como buen sanmarquino de los 80´s participé también de todos los rituales que consagraban nuestra condición universitaria. Almorzaba un par de veces por semana en “la muerte lenta”, aquel inmenso comedor universitario donde la comida y sus ingredientes eran generalmente indescifrables pero que a veces te sacaba del apuro cuando andabas sin tiempo, con hambre y michi-michi. Viajé en “burro” (el bus universitario) en múltiples oportunidades por motivos deportivos o de estudio. Marché reclamando rentas, fui asiduo visitante del “Chaparral” donde el cebiche de grated de atún con canchita serrana era la especialidad de la casa. Participé también en fiestas, anticuchadas bailables (las polladas en ese entonces no estaban de moda) verbenas y actividades pro-fondos para financiar todo tipo de emprendimientos y como es natural también use las gradas del inmenso Estadio Universitario como escenario recursero para algunos encuentros cercanos del 3er tipo que no admitían más postergación. Entendí al cabo de cierto tiempo que nosotros no podíamos transformar la universidad, era esta más bien la que nos cambiaba la manera de ver la vida en forma rápida, silente e irreversible. De lo que estudié no me acuerdo mucho, al desinterés vocacional debo agregarle el trabajo y los viajes que realicé a partir de 3er año. Si recuerdo más bien con nombres, apellidos y códigos a los amigos y conocidos que frecuenté durante los casi 7 años que estuve dando vueltas por allí y que dejé de ver –con 2 o 3 excepciones- durante casi 15 años. A diferencia de la totalidad de mis ex - compañeros nunca ejercí la carrera que tanto esfuerzo les costó a ellos ayudarme a terminar. Muestra palpable del principal valor que uno recibe desde el primer día que pisa el campus: la solidaridad para compartir las alegrías y miserias con las que teníamos que lidiar a diario.
Hace no mucho se organizaron dos reencuentros luego de muchos años de un mutismo generalizado. Me localizaron a traves de las personas con las que tenía contacto y me dió mucho gusto volver a verlos a casi todos. Nadie se ha muerto, casi todos tienen una posición profesional expectante y sus vidas transcurren entre la casa, la familia y la devoción a la chamba. Algunos que no tenían para comprarse un cuaderno y tomaban apuntes en talonarios usados de facturas o papeles reciclados de fotocopiadoras hoy manejan empresas o trabajan para corporaciones importantes, es lindo comprobar que casi a todos les ha ido muy bien. Al margen de eso cuando uno tiene estas reuniones de reencuentro no puede dejar de sentir emociones encontradas. Una mezcla de expectación, curiosidad, alegría y recuerdos lo invaden en forma previa y hacen que cada minuto que falta para el evento se torne interminable. Durante la reunión el tiempo se pasa volando, quisieramos regresar a las épocas donde éramos dueños de nuestra vida y de nuestras horas y solo el cansancio o la inconciencia eran los límites a nuestro modo de vivir. Hoy la familia, las parejas y la experiencia imponen ciertas barreras y sentimos como en el tango la alegre vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser.
Con Malena, mi "Gorda Bella"
Algunos recuerdos amargos también saben hacerse presentes en ocasiones como esta. Pero se hacen pasajeros y no adquieren mayor relevancia pues nuestro devenir en la vida generalmente nos ha ayudado a superarlos. Creo que la sensación final que nos queda cuando todo ha terminado es la de una terrible nostalgia por los años que nos tocó vivir en determinadas circunstancias. Manejando de vuelta a mi casa y luego de haber bailado, reído, brindado, repartido abrazos e incontables besos a tanta gente experimenté esa única sensación de vacío que se produce al constatar nuevamente que lo único irrecuperable y valioso que existe es el tiempo. Y repetí para mis adentros la misma frase que siempre he usado cuando soy preguntado acerca de mi profesión y la universidad: La verdad es que no me acuerdo de lo que estudié ni para que lo estudié, tan solo sé que en San Marcos pase tiempos espléndidos.
Muchas veces soñamos para nosotros alucinantes carreras pero la realidadnos lleva a hacer otras cosas, yo tambien quería ir a la Escuela de Diplomacia pero segui otros caminos. Los reencuentros asi son geniales!, quédate con lo bueno...hasta el siguiente reencuentro.
Me gusta tu blog, seguire leyendote
A veces también siento que la vida me lleva por caminos que no he planificado, pero no me quejo porque nadie me quita lo bailado y a la gente que conocí y quise.
No se si realmente podré desarrollarme en lo que estudié pero así como tú, el tiempo que pasé en mi querida PUCP fue inolvidable e irrepetible, y cada vez que paso por sus puertas quisiera encerrarme en los salones y que tiren la llave, pero lo único que no puedo es retroceder el tiempo, solo seguir para adelante. Un abrazo
Tendría 14 años cuando un primo "boga" me llevó a la UNMSM y en su gigantesco estadio vi como los terrucos practicaban, mismos milicos. Fue alucinante. También vi a una parejita dándole duro al sagrado arte de tirar caleta y "paraguay". Hay un 90% de probabilidades que hayas sido tú.
La única vez que ingresé a la universidad fue cuando me estrellé y tumbé el muro de la católica y fui a dar hasta el patio de letras, borrasho hasta las chanclas jajajajaja.
Un abrazo varonazo.
Que gracioso, Allan fue quien se tumbo el muro de la catolica!!! Jajaja.
No hace mucho termine la u y de verdad que la extra�o como la primera vez que la deje de ver por tiempo. Mis amigos nunca fueron constantes, siempre cambiaron y hasta ahora mantengo poco contacto con algunos de ellos. Todos, maravillosas personas.
Y me atrevo a dar la misma conclusion que tu.
Slaudos.
Baby, tu post me ha encantado! Casi de inmediato me puse a imaginar cómo será cuando yo tenga tu edad y me reúna con mis amigos de la universidad, gente que a dos años de acabada la carrera ya estoy dejando de frecuentar y de participar de mi vida.
Vida, vida, vida...
Me gustó tu post, es todo.
Besos!
Primero que nada, quien sabe a ciencia cierta lo que quiere estudiar cuando sale del cole? Yo he venido a enterarme en mis late 20's cual es mi real vocacion.
En fin, es innegable que las epocas universitarias son ALUCINANTES (aunque yo fui al instituto y no al univ.) la pase de lo lindo y las amistades hechas son inolvidables. Que buenos momentos no? Y que raro se siente cuando ya te trepas a tu auto a manejar de regreso a casa, a la realidad, y te das cuenta que esos momentos ya no son mas que recuerdos.
Que bueno que la hayas pasado tambien Schatzie,
Besos,
Pd: Nice shiiiirt!!!!
Me alegra mucho que te hayas divertido en tu reencuentro universitario...
Yo sólo tengo 3 buenísimos amigos de la universidad y curiosamente los tres son hombres, a los 3 los conocí en Estudios Generales y los 3 estudiamos diferentes carreras, pero todavía mantenemos el contacto y los adoro cual si fueran mis hermanos.
Mas bien no se por qué ya en la facultad no hice vinculos diuraderos con nadie, a toda esa gente le perdi el rastro y no los veo hace años, una lástima, es más si hubiera un reencuentro o algo así no creo que me anime a ir....
En fin, por suerte tengo a mis amigas del colegio...
Besos
si pues, andamos peor que veleros pues al menos estos tienen capitán y tripulación
genial tu post, yo comencé la universidad sin tener ni idea de que iba a hacer con mi existencia, poco a poco creo que voy descrifrandome
saludos!
No sabía que eras sanmarquino, que lindo! yo quise serlo... jaja pero en fin. Me he sentido chibola, em el 84 yo tenía un año :S
Besotes
En el 84 yo estaba en jardin..
Je!
PEro que chevere que la hayas pasado muy bien en tu reencuentro :)
Las fotos estan lindas.. te veo mas delgado..
Un beshote calenton!
Pd: Perrito jajajajajajaja me mate de risa contigo! sonsito ahora ya no tumbas paredes, ahora tumbas mujeres :P jijiji
MUA!
Shatz:
La misma sensación de descubrir el Peru , en San Marcos, la describe magistralmente Alfredo Bryce , refeririendose a esta Universidad como de " the lung of Peru "
Que rápido pasa el tiempo verdad ?´
Un saludo.
te veo slimming querido tesorito... estamos haciendo dieta no? Esta perfecto, get ready para mi retorno.
De acuerdo con Vane, la camisita esta chevere. :)
BEsos.
A veces lo mas bacán de la época universitaria no son los cursos en si, sino la gente que conocemos. Ellos pasan por nuestra vida y nosotros por la suya y luego nada es igual que cuando estabas en el colegio. Es una época maravillosa y mejor aún, encontrarse después de tiempo y constatar que tanto crecieron como profesionales y seres humanos.
Recuerdo que mis padres me decían que no debía ver San Marcos ni de lejos por tanto terruco. Sin embargo, a veces pensaba que, a pesar de las huelgas la gente era mucho mas estudiosa que en la San Martín de mis tiempos. Interesante el mundo de los sanmarquinos, tienen un feeling especial.
En realidad no tengo un buen recuerdo de la UNIVERSIADAD. PERO TU POST ME HIZO RECORADAR muy buenos momentos de la U.
escribe pe
Asi es amigo, el tiempo es lo único de lo que casi somos dueños pero lo que mas rápido nos abandona.
El recuerdo de los tiempos aquellos me acompañan, muchos recuerdos borrosos y muchas cosas que me he enterado con el transcurso del tiempo; siempre fui un observador distraido.
Nos leemos.
adso = peregrino
http://peregrinoinmovil.wordpress.com/
Jazmin,
Gracias por la visita.Y si,he tenido la suerte de que todo lo que he soñado se me ha cumplido,espero lo mismo para tí.
Mafa,
Palante palante,como decía Maelo Rivera,atrás ni para tomar impulso.
Lennon,
Debo haber sido yo,en el estadio estaba un día si y el otro también.
Tu ingreso es una suerte de prehistoria del ahora llamado "ingreso directo" no?
Drag-Aunt,
Ya te tocará en algunos años asistir a algun reencuentro, la verdad que uno la pasa re-bien.
Wonder-Meli,
Gracias por otorgarme 10,000 puntos más IGV en el viejómetro.Un poco más y me dices que mi DNI esta escrito con numeros romanos,ja,ja,ja,ja.
Cosmogirl,
La ultima carrera para la que no me preparé adecuadamente fue la de padre.Y en cuanto a la camisa es todo un honor recibir vuestro beneplácito.
Ñami,
Que raro lo que me cuentas.Por lo menos te han quedado 3 buenos patas con quienes puedes contar siempre.Ya se viene tu reencuentro con las chiquillas del cole no? Esos son verdaderos encontrones,anda con chaleco antibalas por si acaso!!
Jocho,
De lo ultimo que nos preocupamos cuando uno tiene tu edad es del futuro,disfruta este tiempo al máximo.
Jen,
Claro que eres chibola,podría decir sin ningun reparo que podrías ser mi hija.
Trulycita,
Gracias por los puntos adicionales en el viejómetro,ya estoy casi en los 50,000 y batiendo récord.
Alvaro,
San Marcos es el microclima más representativo del Perú,hay que experimentarlo desde adentro.
Zaferñau,
I am getting ready for you babe.
Monich,
Hace poco estuve de visita en la Universidad y parecía Disneyworld en comparación a nuestros tiempos.Nuevamente la comparación con el país sale a flote y uno se pregunta como se ha sobrevivido a tanto problema y siguen saliendo egresados cada año.Coincido también con lo interesante que es la gente,tenía unas amigas en letras que para que te cuento...
Isa,
Mucha de la gente de nuestra generación se las picó rápido,la verdad que el aís estaba para correr.
Luisito,
Que lástima que tus recuerdos universitarios no sean los mejores,de cualquier forma es bueno que los mejores siempre prevalezcan sobre los otros.
Peregrino,
A veces no terminamos siendo dueños ni de nuestro tiempo,esa es la peor de nuestras esclavitudes.
Un abrazo a todos
Schatz
No creo que las casualidades tiendan a regir sólo tu vida, muchos destinos, creo que todos en general, se afectan por estas. Es cierto, a veces nos escogen la carrera, a veces las escogemos nostros mismo. Finalmente ninguna de las dos opciones aseguran nada. Muchos han corregido carreras erradas en un inicio; muchos han estudiado una y ejercido otra. Nada está dicho, uno es quien pone el punto final, por más que las casualidades nos pongan en una u otra situación. Creo que no es sino hasta llegar final del camino cuando terminaremos encontrándole el sentido a todo.
Saludos
A mi me gustaba tanto la universidad que trataba de tener bicas y tricas para no despegarme ja ja. Bromas aparte, me gustaría tanto tener una experiencia de reencuentro similar a la tuya para matar nostalgias aunque creo que me daría un poquito de miedo saber que todos tienen maestrias a estas alturas y yo ni empecé :(
Besotes
Te he dejado un meme en mi blog
La universidad, me pregunto si nos preparar para elegir una carrera, yo estudie lo que queria, en ese momento al menos, ahora hago cosas para las que no estudie, pero sin lugar a dudas siempre he pensado que la universidad indiferente de la carrera solo sienta las bases para el desarrollo profesional...por algo nunca es bueno encasillarse en una profesion...
Y los mejores recuerdos que tengo de la universidad, deben ser los incios en las canchitas de fronton y llegando a clases solo para firmar la asistencia...
Saludos,
Cuando escribes? me gusta leerte :D
Maricarmen,
Tiene sentido tu comentario, si el azar tuviese la facultad de regir nuestras vidas a mansalva quizás lo mejor sería comprar un boleto de tinka y sentarnos a esperar.En todo caso ojalá que encuentre el sentido de todo esto antes de llegar al paradero final.
Angelica,
Al final los títulos y las posesiones son meros indicadores externos,la gente se termina fijando al reencontrarse en quien anda feliz y quien no.
Mafa,
Mis secretos son demasiado inconfesables.Mejor te mando un correo contandote algunos,ja,ja,ja,ja.
Eduardo,
Creo que a pesar de la mediocridad de muchas universidades estas te terminan preparando para la vida.
Mariella M,
Sha escribí.Y ofrezco hacerlo más seguido.
Un abrazo a todos
Schatz
jejejeje...
Oopsy!!
pero igual estas bueno...
jajajaja.