Crónicas de lo que sucede alrededor nuestro y eventualmente de lo que sucede en mi interior.
1) Los limeños además de ser privilegiados somos suertudos. Si el epicentro hubiese estado localizado frente a las costas del Callao no podría estar escribiendo tranquilamente este artículo. Quizás ustedes tampoco podrían leerlo. En reconocimiento a eso debemos ser doblemente solidarios con la gente del sur pues hasta el destino es discriminador y se ha ensañado ferozmente con gente muy pobre y alejada de la periferia urbana que hoy, a casi una semana de haberse producido la desgracia seguirán durmiendo a la intemperie, sin agua, luz ni desagüe.
2) Muchos medios tratan de persuadirnos de lo solidarios y lindos que somos los peruanos en este tipo de situaciones. A otro perro con ese hueso, igual existen políticos aprovechadores, comerciantes especuladores que lucran con precios de alimentos y servicios, funcionarios corruptos que se roban la ayuda y medios sensacionalistas que explotan la desgracia a más no poder .Si la muerte de los ocupantes de un taxi ocupaba un titular de primera plana imagínense lo que va a vender en los próximos meses la muerte de cientos de personas en estas circunstancias. En cuanto a la funcionaria de la Municipalidad de la Victoria, de comprobarse su culpabilidad deberían enviarla de mascota al pabellón industrial del penal de Lurigancho, no solo se le irían las ganas de robarse la ayuda solidaria sino que no se podrá sentar con normalidad por lo menos durante un año.
3) Hace más de un año escribí que la letra de nuestro himno nacional debería variarse a fin de reemplazar el multicacareado “Somos Libres…” por un fidedigno “Somos Chongo”.Y hace no mucho agregaba que “el Perú por fin dejará de ser un burdel y comenzará a ser un sitio de puta madre”. Pues vana ilusión, compré el número de rifa equivocado. Esa combinación de desastre natural, desigualdad lacerante, funcionarios públicos mediocres y población desorganizada no puede producir nada bueno. Como ya lo he expresado en más de un foro seremos los principales exportadores mundiales en muchos rubros, tendremos una de las maravillas mundiales y seguiremos siendo una de las estrellitas del crecimiento económico mundial. Pero en esencia seguimos siendo además del país de desconcertadas gentes una triste sociedad precapitalista.
4) El ser humano siempre tiene que buscar a dos entes inexistentes que le ayuden a justificar su enrevesada existencia. El primero, un dios que le perdone todos los pecados. El segundo es alguien tan extraño como familiar; cabeza de turco, chivo expiatorio, schwarze Peter, llámenlo como quieran; la búsqueda consiste en ubicar a alguien en quien descargar nuestra frustración inicial y la responsabilidad de lo acaecido. Ese juicio y su respectiva condena son los que nos limpiarán y finalmente liberarán de cualquier hálito de responsabilidad personal o colectiva en el desmadre de turno. En este minuto estan echándole la culpa a Alan, a sus ministros, a los militares, a Defensa Civil, a la virgen que llora y hasta al señor de luren por permitir que la gente se muera en su casa. Estos Catones sin ágora no van a parar hasta que el dictamen de alguna comisionsucha que se designe para tal efecto llegue a alguna conclusión absurda que les permita perifonear a viva voz:”Lo dije yo primero”.
5) Yo no soy Defensa Civil. No puedo pertenecer a una institución que en vez de aglutinar esfuerzos preventivos y correctivos funciona como la caja chica de un grupo de militares retirados. Cuantos locales públicos funcionan impunemente sin ningun tipo de control o fiscalización a causa de dicha entidad? Cuanto cuesta coimear a un inspector de Defensa Civil? Porque Defensa Civil siempre compra mal, caro y encima tarde?
6) El canal de todos los peruanos , si, el indestructible Canal 7 (pues ha sobrevivido las peores administraciones del mundo) es una vergüenza impresentable. Tiene dos locutoras peliteñidas y vestidas como un tamal mal envuelto con horribles problemas de dicción los cuales se hacen patentes cuando la paporreta aprieta. “Tenemos INFORMACION que acaba de llegar a nuestro centro de INFORMACIONES y que se las INFORMAMOS en calidad de verdadera primicia INFORMATIVA; corresponsal en Ica, que INFORMACIONES nos tienes?...” No exagero ni miento, tomé nota de esta perlita en noches pasadas y me preguntaba de quien serán hijas, sobrinas, ahijadas o queridas este par de pimpollos de combi. Alguna varaza deben tener porque fruto de un “exigente proceso de selección” no son de ninguna manera.
7) Hay dos palabras que los peruanos debemos aprender de una buena vez. La primera es PREVENCION. Pensar en lo que podría suceder, en las posibilidades, en que todo no va a durar para siempre y en que la desgracia puede estar a la vuelta de
Porque ser solidario no es solamente tirar unos envases con agua, un poco de ropa vieja o cosas que nos sobran en la puerta de un supermercado. Digamos que esa es la solidaridad eventual. La diaria es la que tiene más valía. Aquella que implica pagarle un sueldo justo y un seguro a la empleada que trabaja en casa, no malgastar el agua y la corriente eléctrica que a tanta gente le faltan, conducirnos en aspectos triviales de convivencia urbana con mínimos grados de educación o enseñarles a los chicos en casa que juzgar a la gente por su origen, color o procedencia es discriminatorio.
Una vez que la agenda ha sido manipulada a piacere y hay despreocupación garantizada hasta el mediodía volvemos a repartirnos el territorio entre la empleada, la gata y este pechito. La primera se instalará con sus ollas y artefactos en la cocina y sabe que la aspiradora no se debe encender hasta que me vaya de
Siempre tengo suerte en Cinemax, entre 8 y 10 de la mañana ponen películas antiguas que revisito con interés y cariño. Las andanzas de Steve Mc Queen, los tiroteos juveniles de Clint Eastwood, personajes de antología en blanco y negro y títulos curiosos que lo dejan a uno pegado a
Pero que pasa cuando en el cine vemos la representación de lo que nos ha pasado en el mundo real? Cuando reconocemos en determinadas situaciones pasajes textuales de nuestra vida? Eso fue lo que me pasó exactamente al ver la escena de amor de la película en cuestión. Y me remonté exactamente hasta Agosto de 1990. Tenía 23 años y me encontraba en Arequipa tratando de organizar un stand en
Una tarde en el Jardin de la Cerveza me ubicaron junto a un grupo de chicas que habían venido de varios paises a conocer
Al día siguiente volví a encontrar al grupo y entablé una conversación tranquila con Maria Fernanda. Una colombiana guapísima que trabajaba en una agencia gubernamental de turismo y que estaba haciendo una gira por Perú como parte de una campaña de promoción de destinos colombianos. Tenía 2 años más que yo, estaba felizmente casada y tenía una niña de 3 años. Estatura mediana, cabellos largos y rizados y un cuerpo divino que ella no se preocupaba en ocultar sino más bien en mostrar coquetamente. Cuando la ví de lejos me llamó la atención y cuando me la presentaron y empezamos a conversar me afloró la indisimulable imbecilidad en la que caemos los hombres cuando alguien nos atrae demasiado. Tartamudeaba, me olvidaba de datos y me quedaba ensimismado mirándola sin prestar atención a las palabras que salían de sus labios. Ella se daba cuenta y se reía, me imagino que cuando alguien como ella convive tanto tiempo con la belleza aprende a soportar y hasta a disfrutar los efectos colaterales que esta produce alrededor.
Era una hermosa paisa, casada y con una hija de 3 años. Licenciada en humanidades, tenía una conversación versada que podía ir desde la historia de Latinoamérica, las culturas precolombinas, la actualidad local y la política hasta la música, las relaciones de género y el futuro de un continente caótico y violento. De los temas generales pasamos a los temas de actualidad, de estos últimos pasamos a las cosas que nos apasionaban como la música y los libros. Y de los intereses compartidos tan ardorosamente llegamos a encontrar que disfrutábamos mucho estando juntos, conversando en las madrugadas sin parar, mirando el atardecer desde Sabandía o manejando un auto de alquiler destartalado para ver el mar en Mollendo.
En el avión entre Arequipa y Lima descubrimos que la atracción era más fuerte que el sentido común. Y recorriendo la capital yo sentía que había encontrado a una mujer que reunía todo lo que un hombre podía pedir. Salvo, claro esta, la restricción del compromiso de Mafe del cual nadie hablaba aún a profundidad. La pasábamos bien juntos, eso era lo más importante. Recuerdo la noche previa a su partida, salimos a cenar a Don Vito, una trattoria antigua que aún se mantiene en pie. Le dije que era el amor de mi vida, la mujer de mis sueños y toda la batería de títulos que el enamoramiento y la calentura pueden producir al combinarse sin medida. Me miró con una ternura infinita y luego de sonreír compasivamente desviaba la mirada con los ojos ya humedecidos. Nos besamos despacio, midiendo los impulsos y palpando nuestros rostros exhibiendo un cariño algo infantil. Salimos del restaurante algo mareados por el vino, la dejé en su hotel y nos despedimos entre lágrimas, promesas y palabras que trataban de abarcar demasiado.
Toda la semana siguiente me dediqué a trabajar durante el día y a beber como un desgraciado en las noches. Como dice la expresión popular “me tiré al abandono”. Pensaba en ella, soñaba con ella, le escribía cartas a la dirección de una amiga y veía la forma de escaparme al país vecino para verla y comenzar otra vida a su lado. Intuía que el sexo iba a ser maravilloso con ella, que yo podía ser un buen padre para hija y que debía apresurarme en buscar la mejor oportunidad de dejar todo aquí para embarcarme en lo que podría ser la aventura de mi vida. Cuando mi tío se enteró del affaire decidió que lo mejor era embarcarme en un viaje que durase más de 30 días a visitar un par de ferias y a dos fabricantes que representábamos en el Perú ubicados en Alemania e Italia. “Unos polvitos con esas alemanas lo van a hacer olvidarse de esa colombiana” les confesó a unos amigos durante una comida. El viaje estuvo muy bien, recorrí las ferias y las fábricas con un resultado excepcional y transcurridas 3 semanas ya había completado el itinerario laboral y pensaba tomarme una semana de descanso visitando amigos. Mi calentura había disminuído un poco pero sin embargo seguía pensando en ella. Una tarde, revisando el ticket de regreso reparé en un detalle que hasta el momento había pasado inadvertido. El avión de Lufthansa en
Compré unos regalos para Mafe y sus amigas en el aeropuerto de Frankfurt y me dirigí al counter respectivo. Me sentía optimista y muy seguro de lo que iba a hacer, como si mi proceder inmediato fuese fruto de una decisión meditada y no de una irresponsabilidad absoluta. Iba a volar más alto que Icaro sin quemarme y nadie me podía convencer de lo contrario.
-Le chequeo el equipaje hasta Lima Sr. Schatz?
-No preciosa, haré un stop over de una semana en Bogotá.
CONTINUARA....
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