El Urbanito

Crónicas de lo que sucede alrededor nuestro y eventualmente de lo que sucede en mi interior.




Hoy te quise un poquito más

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No te puedo criticar cuando te dan rabietas o pataletas, pues tu madre dice que eres idéntica a mí. No sé como tu madre se puede atrever a decir eso sí ella no me conoció a los 5 años, es más, creo que ni siquiera ha visto una foto mía a esa edad.

Tampoco te puedo responder adecuadamente cuando me haces alguna de tus preguntas incontestables. Quisiera poder explicarte que la cancha de fútbol tiene 90 metros porque así se le ocurrió a un señor inglés hace muchos años pero a renglón seguido me preguntarías porque el fútbol fue inventado por un inglés y no por un peruano, así, seguirías preguntando en cadena, sin parar,sin dejar de hablar desde que Dios amanece.Y antes que te pregunte si puedes dejar de hablar me vas a decir que estas hablando un montón "porque me he comido un loro y una radio papi,ji,ji,ji".

Paciencia no tengo mucha. Cuando era más joven y escuchaba a un niño entrar en pataleta no tardaba mucho en gritar "échenle Baygon!!!". Pasado el incidente y más tranquilo, explicaba mi escasa comprensión argumentando que la paciencia la estaba guardando para mis hijos.Tal parece que no guardé mucho y lo poco que quedaba me lo gasté en tu hermano mayor, el popular "panzón".Sin embargo, para suerte tuya, alegría de tu madre y tranquilidad mía, nos entendemos muy bien.Nos hacemos guiños sin decirnos nada, nos miramos silentemente para confirmar nuestra complicidad, nos gustan mucho los libros - a pesar que tu no sabes leer bien aún-,nos encanta la cocina,disfrutamos mucho yendo al ballet y al estadio juntos pero sobretodo nos reímos mucho de cuanta cosa sucede a nuestro alrededor. Padre modelo no soy, casi nunca estoy para darte el beso de las buenas noches, no te dejo ver televisión en la semana (y por eso a veces me odias) grito mucho cuando tu y tu hermano me sacan de quicio, muchos sábados y domingos nos hemos dejado de ver por culpa del "maldito fútbol" (algún día entenderás que es un trabajo, felizmente que te gusta)y en la pasada actuación del día del padre donde te disfrazaste muy linda era el único papá que no estuve.

Pero convengamos en una cosa, a los dos nos gusta hacer cosas juntos. Mi vanidad máxima consiste en salir de la mano contigo y que todo el mundo me diga” que linda es tu hija".Ya sé que a eso a ti no te gusta, pero deberás aprender a convivir con la gente, sus opiniones y afectos espontáneos.Así como deberás aprender muchas otras cosas que no tienen que ver precisamente con lo que me preguntas, menos con lo que yo considero que es necesario que tu padre te enseñe.

Bueno, no quiero explayarme en conjeturas sobre el futuro, no vaya a ser que me termine olvidando de disfrutar tu pequeño presente, error que todos los padres cometemos en mayor o menor medida.Solo quería decirte que pesar de lo mucho que disfruto a veces la soledad hoy te he extrañado mucho pues me he dado cuenta que no solo he echado de menos tus locuras sino también al cómplice que aparece en mí para ponerse a tu altura, para entenderte más, para quererte mejor.

Nada mejor hemos sido, decía alguien sobre la niñez.Frase que no podemos comprobar a partir de los recuerdos borrosos que guardamos de esa época sino a partir de la contemplación de alguien como tú.


THE BRIDGES OF MADISON COUNTY(II)

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The Bridges of Madison County (II)

La vida continuó luego de ese fin de semana. Me sentía un inútil por haber pensado que había conocido a alguien especial y que podía llegar a ser importante, aunque sea en mis sueños. En la realidad, era difícil, ella tenía una relación estable hacia algún tiempo, yo estaba casado hacía poco más de un año y antes de pensar en si mi matrimonio tenía futuro o no tenía que pensar en como recuperarme financieramente a fin de poder arreglar un par de problemas en el Banco y poder mantener mi independencia frente a los recursos de mi familia política. Siguieron algunos viajes, la inmersión absoluta en el trabajo y el esperar con cierta impaciencia que llegue Diciembre, uno de esos períodos en el que uno quiere que el almanaque se termine consumiendo lo más rápido posible.

No había vuelto a hablar con mi amiga, la había visto a la volada un par de veces en la oficina de los amigos donde ella trabajaba y con los que yo estaba armando algunos negocios en conjunto. Habían sido visiones tan felices como fugaces, enmarcadas en la curiosidad por redescubrir a quien conocía mucho y poco a la vez en medio de la seriedad de un ambiente impersonal de oficina y en donde no había habido una oportunidad real de poder conversar de algo personal e interesante. Mi vida discurría de una forma muy esquemática entre mis entrenamientos matutinos de Football en el Lima Crickett, el horario de oficina de 9 a.m. a 9 p.m. y los fines de semana en los que no me podía sustraer de las obligaciones maritales ni de los compromisos amicales. Generalmente íbamos a los compromisos de sus amigos de trabajo que de una u otra forma se habían hecho amigos míos y con los que compartíamos la afición por el fútbol y los tragos. Un viernes de fines de Noviembre, lo recuerdo en forma nítida, mi ex me llama al celular desde el Banco donde trabajaba y me preguntó en forma muy meliflua acerca de los planes para el fin de semana:

“Hola Amor, como estas”
“Bien, aquí almorzando con el Gordo”
“Donde estan almorzando?”
“En la Carreta”
“Que buena vida no? Para eso si hay plata”
(Entre pensativo y dudoso acerca de contestar con una pachotada) “Amor, el Gordo me esta invitando, el tiene derecho a gastarse su plata como le de la gana”
“Ya, no seas picón, escúchame, en la noche nos han invitado a celebrar el cumpleaños de M -una amiga de ella- y vamos a tomarnos unos tragos en el Pabellón de Caza y si la gente se anima la seguimos en el Amadeus”
“Bueno, no hay problema, voy a llegar temprano para ducharme y cambiarme a tiempo”
“Ya pues amor, no tomes mucho, a ese gordo le gusta mucho el trago”
“Ya, ya”.

Lindo plan para el viernes. A ella no le gustaba mucho salir de noche a bares o discotecas. Le gustaba salir a los lugares de moda, la clásica novelería limeña. Y encima su amiga M, amiga del Club, era lo más quisquillosa, racista y estirada que uno podía imaginarse. Y seguro iban a estar una recatafila de antipáticas acompañadas de los respectivos huele guisos. Era un pelotudo, con vista al mar. No me hacía respetar, detestaba a esa gente y encima aceptaba sin mayor protesta ir a una reunión con sujetos con los que no tenía nada que conversar y casi nada en común. En vista que no había agenda para la tarde, nos quedamos los 3 que estábamos almorzando haciendo sobremesa, pidiendo más trago del tonel, contando chistes y chismes variados(los hombres en tragos podemos ser más chismosos que las mujeres) y planeando no solamente en como ganar plata sino en la mejor manera de gastarla. Mi ex detestaba esos almuerzos largos de trabajo, no le gustaba que llegase cansado, sin ganas de hacer nada y directo a la ducha y a dormir. Y a mí aparte de comer, me encantaba evadirme y ahogarme entre la variedad de tintorros disponibles y etiquetas de diversos colores. Ese viernes terminamos como a las 7:30 de la noche, muertos de la risa y con ganas de seguirla en la casa del gordo. Felizmente, la mujer de este lo interceptó a la salida del restaurante pues la secretaría de la oficina ya la había puesto sobre aviso y finalmente se llevaron al gordo, ampayado y derrotado, blasfemando desde el asiento posterior de su auto. Otro clarinazo de alerta. Yo quería que mi vida fuese así en unos 10 años? Con una mujer que iba a ser una especie de gendarme de mi tiempo y de mi ingesta de vino? Ese flash me atravesó la imaginación muy rápidamente, volví a la realidad de inmediato y me concentré en como llegar rápido a la casa, quitarme un poco el aliento a farmacia que tenía y en llevar la fiesta en paz en la reunión venidera. Cumplí con los objetivos iniciales y estuve listo a las 9 p.m. para ir al bar. Llegué, saludé y me senté en una esquina, hablando con uno de los tipos menos insulsos del grupo.
“Que guapa tu mujer, no la veía hace tiempo”, me espetó mi ocasional contertuliano.
Casi respondo “Te la regalo”, de ninguna manera le podía decir “Te la cambio” pues la suya era una garantía de abstinencia sexual.
“Esta linda, le gusta mucho estar siempre bien arreglada”.

Ella era guapa, que duda cabe. Toda la vida vivió bajo el estigma de la chica linda que no tiene mucha suerte en el amor. Tuvo un par de enamoraditos en la Universidad, incontables propuestas de toda laya en el Banco donde trabajaba y finalmente un noviazgo largo con un ex - compañero de trabajo con el que había terminado unos 6 meses antes que yo la conozca en las clases de Inglés. Nunca supe porque terminaron luego de haber estado tanto tiempo juntos, casi 5 años y con casa construida, artefactos comprados y todo listo para el matrimonio. Al principio me sentía orgullosísimo de haber podido ser “el elegido” entre tanto pretendiente, sobretodo teniendo en cuenta la rapidez con la que se había desarrollado todo. Luego me sentía como un consumado tonto por haberme apresurado en casarme no solamente con una perfecta extraña sino con una persona con la que dejando de lado la atracción física y la sexualidad me sentía como un completo desconocido.

Volviendo a aquel viernes semi-alcoholizado, pasamos por decisión unánime a la discoteca y allí nos distribuimos en uno de los rincones disponibles, bastante oscuro a la sazón. La cabeza me hervía, estaba empezando a sentir los efectos del trago ingerido en la tarde y decidí acercarme a la barra para que el mozo me sirviese una Canada Dry helada o una limonada frozen, antídotos seguros contra la intoxicación alcohólica. Había mucha gente y aproveché que ella y sus amigas estaban bailando en grupo para acercarme a la barra y pedir mi brebaje salvador. Cuando me disponía a pagar para volver a mi mesa, siento dos manos que me tapan los ojos y una voz que en tono suave me pregunta “Adivina quien soy?”.

La reconocí inmediatamente por su voz agradable, por una fragancia deliciosa que se sentía alrededor suyo. “N” dije, fingiendo naturalidad absoluta y evitando trasuntar una alegría a punto de ebullir que amenazaba escaparse por cada poro. Giré y estaba radiante, preciosa, con una sonrisa linda que contrastaba con mi cara de malestar, y con una tenida que dejaba poco para la imaginación.

“Con quien haz venido”, le pregunté para salir del paso y disimular mi cara de bobo.
“Con F, es cumpleaños de un amigo suyo y se les ocurrió venir aquí”. Simple, linda, hermosa, hasta para contestar una vaguedad.
“Y tú?” .Contraatacando, curiosa por saber con quien andaba y si de repente me estaba sorprendiendo pues el Amadeus era pródigo en ampays sonados.
“He venido con L, es cumpleaños de una amiga suya y aquí me tienes”
“Vamos a bailar”, me dijo entusiasta y con ganas de espabilarse un poco.
“No” contestando con la cabeza baja y contra mi voluntad.”L es muy celosa y si me ve bailando contigo, a pesar que te conoce, me va a hacer imposible e interminable el fin de semana”
“F. no se va a molestar, sabe que eres mi amigo del colegio, además, el tiene dos pies izquierdos y no le gusta el baile”

Me moría de ganas de hacerle caso, me encantaba la forma que tenía de bailar y me había sentido muy bien en la reunión en la que tuvimos la oportunidad de hacerlo. Pero mi súper yo me aconsejo sensatez y prudencia. Si L. nos veía bailando se iba a morir de los celos y no se la iba a agarrar con ella pues al fin y al cabo la conocía de la playa y sabía que era mi amiga; las consecuencias de esa temeridad las iba a pagar yo, al contado y rabioso y a lo largo de un fin de semana que podía tornarse en interminable, amén de insufrible.

“Mi religión no me permite bailar con chicas comprometidas” mascullé, apelando al humor básico para poder salir del paso.
“Tu religión no es la mía, aún así, no la pongas como excusa de nada, menos del temor que le tienes a tu mujer. O del que me tienes a mí, en caso me haya equivocado”.

Eso fue como un misil a la línea de flotación, hablando en términos navales. No sólo había descubierto mis llagas sino que había metido un fierro caliente en ellas. La alegría que hasta hace un par de segundos sentía de haberla vuelto a ver se había trastocado en una tristeza por saberme descubierto en mi condición doble de esposo descontento y hombre maniatado. Y si hay algo que las mujeres soportan menos que la mentira es la debilidad de algunos para tomar lo que ellas quieren ofrecer.

“No sé si estas en lo cierto respecto al temor hacia mi mujer. De lo que si estoy seguro es que a ti no te tengo un ápice de miedo”
“Que es un ápice?.Un montón o un poquito?”
“No es nada, literalmente. Me tengo que ir, salúdalo a F.”
“Cuídate gordito, no te pierdas”

Ojala me pudiese perder, pero contigo, farfullaba dentro de mí. Regresé a mi asiento bajo la mirada escrutadora de L. quien ya me había visto conversando con N.

“Te encontraste con N no?”
“Claro”
“Con quien ha venido?”
“Con F.”
“Y que tanto te conversaba”
“Me contó un par de cosas de la oficina, nada más”
“No te parece que su tenida es muy putona?”
“Cada uno elige lo que se pone encima. Además es bonita y le gusta arreglarse bien”
“A mí me parece que ella y F. son una pareja dispareja”
“Lo dices por la diferencia de edad?” (Golpe bajo de mi parte, F. le llevaba 16 años a N. y L. me llevaba casi 6 años a mí)
“No, imagínate que pensarían de nosotros, lo digo porque a ella se le notan las ganas de vivir y al otro se le ve como un viejo”
“Y como se nos va a ver a nosotros en unos años?”
“Felices pues mi amor”, muy segura y confiada en su respuesta.
“Time will tell” respondí, aburrido de jugar al varón domado.

La noche terminó sin mayores contratiempos aunque no me pude sacar de la cabeza a N. hasta la mañana del día siguiente. El sábado en la tarde mientras L. se dedicaba a su sesión semanal de embellecimiento me dedique a pensar en mil cosas acerca de mi futuro, de la vida, de mi matrimonio y del puerto al que podría arribar el mío. Llegué a la conclusión que antes de reconocer algún interés o entusiasmo en N. o en cualquier otra persona que me haría mucho más feliz que L. debía sacarla primero a ella tanto de mi cabeza como de mi vida. No me atreví a hacerlo de inmediato pues había un sentimiento que era muy fuerte de combatir y no estaba relacionado precisamente con el amor: la negación del fracaso, factor que ayuda a algunos a sobrellevar sus vidas y matrimonios en aparente armonía pero que termina haciendo miserable la de tantos otros.

Sabía que más temprano que tarde iba a salir de la vida de L. Lo que no sabía era que ella me iba a poner en bandeja todas las razones y justificaciones para tomar una determinación así. Y en menos de 6 meses.

(Continuará)


THE BRIDGES OF MADISON COUNTY( I)

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The Bridges of Madison County (I)

No, no es una reseña de la película de Eastwood. Vero me clavaría un cuchillo oxidado en la oreja si hago una crítica de cine en mi blog personal en vez de hacerlo en “El Buen Cine”. Eso sí, a partir de la re-visión de la película me han vuelto a visitar algunas sensaciones y experiencias que no quería dejar de comentar y compartir con los visitantes de este blog que como siempre repito, es pobre pero honrado.

Como lo he comentado más de una vez y a despecho de no haberme estrenado aún como colaborador del blog cinemero debo reconocer que mi relación con el cine es más vivencial que analítica. Siempre he querido ser parte de las películas que más me han impactado en vez de ser un mero espectador. Nada me hubiese provocado más placer que caminar al lado de Natasha Kinski en “Tess”, haber estado sentado en algunas de las butacas de “Cinema Paradiso”, participar activamente en alguna balacera de la saga de “Dirty Harry”, haber cabalgado al lado de Kevin Costner en “Dancing with Wolves” ,estar con mi traje de esquizofrénico incluído en la patota de Jack Nicholson en “Atrapado sin Salida”,hacer de contraparte de una magnífica Sofía Loren en “Una Giornata Particulare” o simplemente ayudar a Juliette Binoche a admirar frisos y frescos a la luz de la vela en “El Paciente Inglés”. El cine no solamente recrea mundos imaginarios y ficticios, también nos da la oportunidad de convertirnos imaginariamente en partícipes de la materialización momentánea de nuestros más caros anhelos y ambiciones.

Cuando se estrenó “The Bridges… “a mediados de 1995,fui al cine interesado en apreciar la maestría creciente de Eastwood al frente de la cámara. Sin ser un fan consumado de las historias de amor y melodramas, debo reconocer que salí no solamente satisfecho por el impecable trabajo del director sino también por la estupenda química entre los actores, la fotografía cautivante de la película, la música cuidadosamente escogida para cada escena (las voces de Dinah Washington y Johnny Hartmann eran el único acompañamiento posible en escenas tan íntimas como silenciosas) y un desenlace inquietante que dejaba en el espectador más dudas que certezas. Sueños, ilusiones, amor, felicidad e infidelidad alrededor de una vida aparentemente ordinaria, un cóctel demasiado sugerente para la gente –como yo- que pensaba que tenía su vida organizada. Para los que no la vieron, la película describe el descubrimiento por parte de los hijos del gran secreto de su madre, recientemente fallecida. Los hijos, con una existencia urbana y disfuncional descubren con sorpresa que su madre, Francesca, había tenido un affaire sentimental durante una ausencia del padre y los hijos con un fotógrafo de Nat Geo, Robert Kincaid. Apelando a la técnica del flashback Eastwood recrea en un tono amable y delicado la vida apacible y asfixiantemente ordinaria de la protagonista, su encuentro con Kincaid, las motivaciones que llevan a estos a iniciar una relación tan breve como intensa y el triste desenlace de este encuentro entrelazándolo a manera de lección emocional con las decisiones que los hijos de Francesca deben tomar en su vida cotidiana. Puede que todos los que han tenido la oportunidad de apreciarla no la hayan valorado de igual forma como es comprensible, lo que si me ha quedado claro es que la película perturba en mayor o menor forma el imaginario emocional y personalísimo de cada espectador.

Cuando vi por primera vez la película, corría el año 95 y ya tenía un año de matrimonio con mi ex – esposa. Me había casado el año anterior luego de una relación de enamorados de 9 meses y encandilado por la belleza ,la afinidad de gustos y el querer asegurar mediante un vínculo duradero una relación que a veces trastabillaba por la diferencia de edades (me llevaba casi 6 años) y algunos problemas familiares del lado de mi familia política. Ambos queríamos exorcisar además los fantasmas de nuestras relaciones anteriores y en lo personal quería ponerle fin a una época de desarreglo personal en los que el trabajo, los excesivos viajes y las interminables juergas me estaban convirtiendo en una bomba de tiempo que iba a terminar generando una implosión dentro de mí con consecuencias nada agradables. Es evidente, a la luz de la claridad y la sensatez que te otorgan la distancia y el tiempo, que tenía tantos motivos como escasas convicciones válidas para dar un paso trascendental y aparentemente duradero. Recuerdo que mi padre, con quien a pesar de haber discutido mucho durante mi adolescencia llegué a tener desde los 22 años una extraordinaria relación, me llamó antes de salir para la iglesia y me sirvió un vaso de bourbon con hielo, el trago que compartíamos como excusa para conversar y me dijo en voz baja, pero firme”Joven, me parece que Ud. se esta apresurando”. Para variar, lo escuché pero no le hice caso, estaba demasiado aferrado a la meta que me había propuesto como para que me bajen del caballo en la hora nona. Y me casé. Y me jodí. (Nos jodimos ambos, vale reconocer)

El primer año de matrimonio fue algo complicado. Había cambiado de trabajo, ambos teníamos una situación económica expectante pero afloraban a menudo desavenencias en las formas y maneras de encarar la vida. Éramos egoístas en esencia, poco solidarios en la renuncia a nuestro espacio personal. Dos islas conectadas mediante un puente que ninguno se atrevía a cruzar de motu propio. Cada uno en su fortaleza, apoltronado en su existencia, renuente a compartir en forma sincera su mundo interior y su espacio vital. El sexo no era malo, tampoco espectacular, cumplíamos con satisfacernos, ejerciendo la autoindulgencia en términos de calidad y cantidad. A veces, el deber solía ser placentero (y compartido).

Es en medio de esa coyuntura que sentado en una sala de cine escuché a Clint Eastwood confesarle en forma absoluta y convencida a una incrédula y sorprendida Meryl Streep: "This kind of certainty comes but once in a lifetime." Vaya sorpresa, yo tenía a una pareja con la que habíamos hecho votos perdurables y eternos de mutua compañía y felicidad pero no era poseedor de dicha certeza. Y creo que ella tampoco la poseía. Derramó solapadamente un par de lágrimas al fin de la película, tal cual lo hicieron la mayoría de mujeres asistentes a la sala. Creo que cualquier película dramática puede llegar a tener el mismo efecto en la platea, en todo caso, pienso que el tema de la esposa abnegada que no desea romper su matrimonio en busca de su felicidad y realización personal es bastante familiar en una realidad como la nuestra, tan pródiga en caretas y disfraces convenientes para cada ocultar la incómoda realidad.

La certeza del amor que se tiene una sola vez en la vida. No la sentíamos ambos, a pesar de haber tratado de convencernos de eso por medios civiles y litúrgicos. Creo además, que las lágrimas del cine eran evocativas y nostálgicas, asumiendo que sin ser el amor de su vida iba a estar con ella por el resto de nuestras existencias, tal como decían nuestros abuelos, contra factum non valet argumentum. El primer clarinazo de alerta lo sentí ese día, intuía que lo nuestro no tenía futuro sino que además debía ser interrumpido antes que la formación de una familia o alguna complicación de orden legal o material nos terminase haciendo imposible la vida a los dos. Sin embargo no dije nada, callé mis inquietudes sin compartirlas con nadie y dejé que las cosas siguiesen su rumbo. Total, quedaban 5 meses del año y sumando los viajes que cada uno tenía que hacer solo íbamos a estar juntos un par de meses en total. Necesitaba tiempo para pensar, para ordenarme y decidir que rumbo debía tomar mi vida. Me sentía un prisionero de lujo en una jaula tan cómoda como fría, tan irreal como certera. Inmensa paradoja, la única certeza que necesitaba brillaba por su ausencia.

Dos acontecimientos precipitaron una toma de decisión por mi lado y el desvanecimiento de nuestra relación por el otro. El primero, un mal resultado financiero en un negocio en el que había puesto muchas expectativas y dinero. Todo salió mal y perdí tanto dinero que tuve que recurrir a mis ahorros y a la venta de mi auto para poder arreglar los problemas y evitar mayores complicaciones. Su solidaridad fue escasa, las recriminaciones fueron mutuas y eso nos distanció aún más. Empecé nuevamente de cero, con las expectativas en el mediano plazo de poder recuperarme con un negocio de mediana envergadura y con el rencor guardado de saber que en un momento álgido no había recibido la solidaridad debida. Lo suyo era de ella y lo mío era nuestro (menos las deudas, claro esta). El segundo acontecimiento no fue tan desagradable. Una reunión de ex – alumnos que coincidió con un viaje de ella fue la ocasión para ver a mucha gente que no había visto en años. Entre las personas de mi mesa, estaba una chica con la que no conversaba en años y que trabajaba en la oficina de unos amigos. A pesar de tener mi edad, no había estado en mi clase sino en una posterior. Muy guapa, estaba de novia con una persona un poco mayor y andaba un poco como yo, buscando un poco de aire fresco. Conversamos mucho, bailamos bastante y al final terminamos con un grupo grande de gente en el inolvidable Amadeus. Cada uno para su casa y al final me quedó una sensación de haber conocido a la persona indicada en el momento equivocado. Había sentido química, no atracción. Y creo que las simpatías eran mutuas pero nadie había dicho nada ni dejado entrever algo. Habíamos confesado que estábamos bien con nuestras parejas, pero ambos sabíamos que no éramos cabalmente sinceros en lo que expresábamos, aunque eso lo habríamos de comprobar muchos meses más tarde. Y a pesar de avizorar algunos atisbos de la certeza comentada por Eastwood, sabía que más que no poder pensar en eso, no debía pensar en eso.

(Continuará)


DESINTOXICACION

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Desintoxicación

Ya me hartó la política omnipresente desde el domingo pasado. La hemos discutido, conversado, debatido y desmenuzado sin parar desde los resultados iniciales hasta la presente agonía (de uno u otro candidato). Es el tema de conversación excluyente en cafés, restaurantes, oficinas, bares, taxis, hogares, universidades y como no, prensa escrita y televisiva.

Ahora parece que se viene la gorda (justo con el advenimiento de los feriados) con el pedido de nulidad de los votos en el exterior a cargo de los inefables apristas. Más show, peliculina y trafa. Y el país, ay, siguió muriendo.

He decidido descontaminarme de tanta “real politik” hasta el día lunes. No voy a pensar en eso, no voy a descerebrarme leyendo frías proyecciones, sesudos análisis y oscuros designios de los reconocidos profetas del desastre vernaculares. No voy a leer la sección “A” del comercio, no voy a sintonizar canal “N”, no voy a postear comentarios políticos y trataré de vivir en una burbuja apolítica.

Más bien, trataré de ordenar mi agenda personal, de jugar Scrabble con mis hijos, llevarlos sin aglomeraciones a ver la película del Hielo, imaginar que estoy en un suburbio de Seattle al manejar en una ciudad semidesierta y abandonada, de tráfico tan amable como escaso.

Contestaré los correos de amigos que estan en bandeja de espera, llamaré a mis viejos que siempre se quejan de la falta de tiempo, me iré a comer unos camarones a Azpitía, me daré tiempo para ir a ver una película y luego comentarla en “El Buen Cine”(antes de que me boten por ocioso) y buscaré un espacio para sentarnos con mi mujer a tomarnos un vino, recibir el viento de la terraza y tratar de imaginar que nos estamos conociendo, jugando a que nos deseamos tanto como cuando recién nos conocímos y nos devora la ansiedad por pasar del dicho al lecho.(No hay mucho trecho, en realidad).

Que tengan un buen fin de semana, que puedan disfrutar el descanso en la misma medida en la que lo voy a intentar.

Nos escribimos/Schatz


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CALMA CHICHA
Ninguna noticia de interés. Estamos en calma chicha: no corren ni verdades, ni mentiras
Rafael Jimena (Ecuador) 1821

Sábado en la noche, casi las 11:30 p.m. No hace frío, tampoco calor. No hay ni viento, aunque no se le extraña, no vaya a ser que se lleva la precaria tranquilidad de la que gozamos momentáneamente. Hasta la luna, que se supone debiera salir llena y subyugante a enervarnos el espíritu y la libido esta oculta entre unas nubes, sospechosamente cómplice del estado de ánimo en el que nos encontramos en esta fecha.

En el pasado, en fechas similares, ideábamos la mejor manera de acopiar licores para hacerle frente a la ley seca, inventar el ardid más exitoso para reunirnos y juerguearnos sin ser descubiertos. Nuestras apuestas iban dirigidas a los números de algún candidato, no a la suerte de todo un país (incluyendo, claro esta, la nuestra). Esperábamos el flash, cerveza en mano, tenedor en ristre, sabedores con una certeza formidable de un resultado aproximado. Como cambian los tiempos Venancio, más tarde, pues ya son las 00:23, esperaremos ese momento con una risita nerviosa, mal disimulada y peor dibujada.

Salgo a la terraza a fumarme el último Gauloise del día. O el primero de la madrugada? Ni de eso estoy seguro. El olor de la planta de jazmín, tranquilizante, envolvente y hasta sugerente en otras ocasiones no me suscita ninguna emoción especial. La gata, compañera presente de madrugadas insomnes me observa con languidez e indiferencia, poco dispuesta a buscarme para juguetear pues intuye que el padre adoptivo no esta hoy para fandangos ni cuchipandas. Ni para corretear insectos ni dormir a los pies de uno, curiosos animales estos gatos, parecen no saber de nada, menos importarles algo pero creo que lo entienden todo.

Comienzo a hacer un recuento de todas las actividades del día. Una jornada anodina, sin muchas emociones, con poco o nada que contar desde el punto de vista personal. Traté de hablar con gente desconocida, le pregunté a todo el mundo por quien iban a votar desde la gente de la cola del Banco, pasando por los cambistas, empleados del peaje, los vigilantes de la reja, choferes de taxi, la cajera de Vivanda, la gente de la cola del cine etc.etc..(Entradas agotadas para ir a ver “La Edad del Hielo con mis hijos, parece que el deshielo solo era hasta mañana y todos lo tenían que ver hoy día). Nadie estaba emocionado con la idea de ir a votar, todos lo asumían con una suerte de resignación e incertidumbre, entusiasmados algunos, con la idea de cambiar radicalmente el País, confundidos los otros, sin saber que alternativa tomar para no votar por el desmadre. Confirmo una vez más que los peruanos, más que por una tendencia política, realizan su decisión final en base a conceptos totalmente subjetivos, inclasificables e inasibles. Y a última hora, claro esta.

Sigo fumando, escuchando rumores del parque, tratando de encontrar algunas claves que permitan entender esta calma chicha omnipresente en todas las actividades de nuestra sociedad. No hay definición, creo que como dijo aquel alcalde de Lima ocurrente al ser advertido de la inminente llegada de una peste en vapor al Callao replicó;”No se preocupen señores, aquí en el Perú, hasta los microbios se acojudan”.

Y llego a la conclusión que estamos con los ojos vendados, al borde un abismo grande y sin saber que nos va a pasar si saltamos. Y la gente que ayuda a generar opinión no contribuye ni aporta, solo destruye, realiza peroratas baratas, recursos dialécticos poco imaginativos y oratoria enredada que ni convence ni prepara. Hasta el inepto del presidente se ha aupado al carnaval del miedo y ha salido hablando cualquier cosa, lejanas y ajenas a su rol como estadista.

Lo más increíble de tocar el fondo es comprobar que el fondo… es inacabable.

Saludos pasmados

Schatz


COCTEL DE ZANAHORIA

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COCTEL DE ZANAHORIA

Usualmente no me gusta hacer reportes de reuniones. Me hacen acordar una época en la que viajaba bastante ,acompañado de otras personas y siempre era el elegido para hacer el "post-brief" de todo el asunto, como si los demás no hubiesen tenido cabeza para recordar,manos para escribir y papel para imprimir.Precio que hay que pagar cuando estas en capacidad de redactar un documento medianamente aceptable y eres el menor de la trouppé: Tarifa de lorna.

A partir de ese momento es que decidí trabajar solamente en actividades que al margen de producir mucha o poca plata me brindasen las posibilidad de andar sin presiones y hacer lo que me guste sin tener que verle la cara a nadie.(Ni tener que escribir por obligación,claro esta!!!!)

Hago este prolegómeno pues si hay algo de lo que me gustaría escibir en este momento es acerca de la reunión bloggera del Sábado 25. Cuando uno escribe, lo hace sobre algo que considera negativo, positivo , personalmente placentero o simplemente extraordinario.Muy poca gente escribe sobre algo que les provoca simplemente indiferencia, salvo que lo hagan por encargo. Más que positivo,mi balance de la "reuna" fue personalmente placentero y no solamente lo quiero decir en un par de palabras sino que les quiero detallar el porque de esta sensacion.

Para empezar, tenía la intención de ir pero no sabía si iba a tener el tiempo disponible. Curiosamente, mi familia salía de Lima y no tenía ad portas ningun compromiso personal más si mil cosas de trabajo que atender que recién las iba a terminar a las 10 de la noche.Un día de aquellos denominados tóxicos. La cosa se empieza a complicar cuando un amigo de muchos años me llama en la mañana con su inconfundible voz boletera y aguardentosa. Este compañero del chilingui,divertidisimo party animal y heredero de una chequera displicente es un ferviente promotor del damequetedoyquetesigodando y me estaba pasando la voz de una reunión ese mismo día , la cual prometía buen trago, mejor comida y compañías dudosas pero divertidas.Parte de la conversación, con los balbuceos de mi amigo digeridos,editados y traducidos:

-Compareeeeeeeeeeeeeee, que hacesssss??
-Viendo un partido de fútbol,trabajando aunque tu no creas,hace cuantos minutos te haz acostado?
- Wi,wi,wi,wi (haciendo un ruido de chicharra de concurso) , mal calculado chocherix, no me he acostado todavía.
- Oye ya deja de jorobar, que quieres???
- Que vas a hacer en la noche?
- La doña y los chicos se han ido fuera de Lima, tengo que trabajar hasta las 9 y tengo una reunión de bloggers en la noche, no sé si voy a ir?
- Bloggers? Es la competencia de Hooters??
- (Silencio absoluto, voz reflexiva) Loco,el día que dejes de fumarte hasta los geranios del parque vas a poder pensar mejor en vez de hablar tanta tontería.
- Ya pe compare, sin faltamiento de respeto pe, uno te quiere invitar a una reunión bonita y me agredes, me voy a resentir.
- Loco, ya colgué los chimpunes, la ultima vez que fuí a tu casa mi mujer no me habló por una semana...y no había hecho nada!!!!!!!!!1
- Tranki causin, va a ser una cosa tranquila, va a venir mi flaca con unas amigas , vamos a hacer unos canelones ,a tomarnos unos vinitos y vamos a jugar trivia.
- (Me mató, la trivia y los canelones son mi debilidad) Ya loco , te aviso a eso de las 9 de la noche cuando termine de pasear al visitante que tengo.
- Chocherix, solo para tu información , va a venir la prima de Carla ( esta última es su "flaca") que se acaba de separar, esta más triste que Paniagua y necesita que la animen, le metes su rico floro y sales a ganador causin.
- Vestecunchis, loco proxeneta, te voy a denunciar por pastrúlo y por caficho, ya déjame ver mi partido , te llamo a las 9 p.m.

Este amigo es uno de esos personajes queribles y entrañables, idolatrado a pesar de todo por sus amigos y odiado hasta la muerte por todas sus enamoradas ,novias o esposas. En el Comite Divertido de mi vida, este es el presidente honorario.

La verdad, estaba indeciso, eran ya las 21:00 hrs. estaba terminando con mis ultimas cosas antes de regresar a casa a cambiarme y en eso recibo un mensaje de texto. " Vas a ir a la reuna? Voy a estar a borde de las 22:30 con un amigo". Era la única persona que en ese momento conocía personalmente en la blogósfera local y me estaba animando a ir quizás para hacer un pequeño grupo, conocer a otros en conjunto y hacer un poco más animadas las cosas.Hice mi simulacro de elección entre la reunión bloggera,amigable de seguro pero de proyección divertida incierta y la reunión de mi amigo, la cual prometía un bacanal romano desaforado.Sin necesidad de la ONPE organizé mis comicios internos y por ajustada y apretada decisión (un longuilíneo a la par que indocumentado miembro quería manipular la elección en beneficio propio pero fue anulado por el presidente del comite electoral, un tal Cerebro) decidí guardar mi uniforme de borracho Nro.6 para otro día, ponerme mi camisa verde (era la única planchada,hasta la empleada se había largado de la casa) y enrumbé hacia Independencia 130, distrito costeño de Miraflowers.

Me costó dar con el lugar,me imagino que los promotores del sitio han querido evitarse problemas con la municipalidad y con los vecinos, creando un sitio de apariencia exterior bastante apacible y nada ruidoso. Contradictoriamente, pensaba que iba a encontrar un pachangón de postín tipo todos contra todos y el que se aburre se viste y se va pues,la curiosidad por lo desconocido actuó, que duda cabe, como catalizador de la decisión final. Entro cuidadosamente ,observando el entorno y tratando de detectar la presencia bloggeril de inmediato.El lugar, recontra tranquilo ,la barra, semivacía, al lado dos mesas juntas con chicas muy bien presentadas,celosamente escoltadas y con las uñas demasiado perfectas como para denotar un trabajo contínuo en el teclado.Volteo a la izquierda y veo un grupito super tranquilo, con dos o tres polos rojos que sobresalían entre el resto y un sticker verde limón que todos llevaban en el pecho, algo así como una fiesta infantil con DNI y Pilsen.Un banner de Blogs Perú y la presencia de Lady Bathsheba acompañada y resguardada por un tierno galán con chasis 911 no dejaban campo para la confusión, el objetivo estaba identificado. Me miraron, los miré. Me saludaron...me quité...a la barra, a comprarme mi chela para armarme de valor y hacer mi aparición, recontra cancherazo pues.

Me aproximo al grupo y empiezo a saludar a los que conozco:

- Hola Lady
- Hola Schatz
- Hola flaco, soy amigo de Lady por si acaso ( uno nunca sabe como reaccionan algunos enamorados ante la presencia de extraños)
- Mgrñx%&)?$*!°z% (Murmullo y sonrisa amigable de Nine Eleven)

Siguen los saludos:

- Hola,como estas, mucho gusto,Jorge.
- Hola, cual es tu blog??
- No tengo (en esa fecha no tenía)
- Xuxa (con sonrisa amable, eso sí)

(Eres un huevonauta, presentate con tu nick, no con tu nombre real!!!!!!!!!!)

- Hola, encantado, Schatz
- Yaps???(Mirandome con ojos de sorpresa como diciéndome"Por fin conocí al Capitán Gelatina!!!)

Ya, tanta vaina, hola,hola,hola,hola,hola,mismo candidato apurado. Vana intención pues me detuvieron a la mitad del recorrido para ponerme mi sticker ,interrogarme y luego soltarme por un par de minutos.Cuando acabé la ronda de saludos y me iba a sentar con Lady B. y Mr. Nine Eleven fuí convocado por Monich, Vero y Leuzor que me querían hacer un interrogatorio flash,flash,flash,flash. "Que haces?Cual es tu blog?Porque no haces blog?Cual es el polvo de tu vida?Primera vez que vienes?Bailas pegadito?Por quien vas a votar?"

Una vez terminado el interrogatorio, me dedique a observar el entorno en general. No eramos más de 20 personas, todos hablaban en grupos de 3 ó 4, de vez en cuando se miraban entre todos en forma bastante amigable y cordial, hablando en serio, se sentía muy buena vibra y buena onda.No había ningun borrachoso, ningun tipo disonante, no habían pachas toscas ni pendejeretes.Gente muy interesante, eso sí. Quería conocer a Leuzor, a Vero, Danza Invisible y a una Marinovia (que más que conocer me terminó descubriendo) y terminé conociendo a Martin Palma,a Wonder Meli y a su galán que tiene pinta de Ayatollah pero se ve que es más pacífico que Gandhi y más sano que un vaso con leche..No tuve tiempo de conversar con todos, quizás fue un error de mi parte el enfrascarme en sabrosas conversaciones con algunos y no aprovechar la oportunidad para conocer a todos.

Me gustó: Conocer a Vero y desparramarme a su costado para conversar de amigos comunes,historias personales y preferencias particulares. Parlotear un buen rato con Monich, con quien ya habíamos intercambiado varios correos y darme el gusto por fin de comprobar que a veces lo real es mucho mejor que lo virtual. Hablar con el Bill Gates de la blogósfera, el buen Leuzor.Conocer a Wonder Meli y su poderoso escote del que me habían hablado tanto(tuvo el buen tino de ponerse el sticker en un lugar aparente), aunque déjenme decirles que al talento de su pluma no le gana ni el wonder-bra de Luciana Salazar, tomen mientras!!!!!! .Ver a la gente de otro blog de cine y conocer a Laszlo Rojas, a quien conocía de la lista de literatura rcp pero nunca había visto en persona.Y la sorpresa de la noche, para mí, no fue Waldo, sino un flaquito que llegó al último, entró como pidiendo permiso (recontra timido) y se quedó loreando con el grupo finalista en muy buena onda:el buen Diego Avendaño.

No me gustó: No haber conocido a Danza Invisible ni a Me, las dos, con ausencias justificadas por motivos personales.

Casi a las 02:45 a.m.el grupo finalista decidió por unanimidad que el hombre no podía seguir engañando al hambre.Nos armamos de valor y enrumbamos hacia "La Super Rueda" decididos a engullirnos un grasoso y suculento taco ranchero multicolor con mil ingredientes y un millón de unidades de colesterol perverso.Integrantes de la trouppé: El suscrito,Leuzor,La Pechocha,Monich (que estaba a punto de comerse el cinturón de seguridad) y nuestro amigo Diego. Cuando llegamos al point abordo del "Avispón Verde", comprobamos que en Lima había demasiada gente borracha,juergueada y hambrienta y que nuestro taco bien podría terminar siendo un desayuno. Por votación dividida, decidimos poner proa hacia el Pit´s, tradicional hueco en donde también podíamos satisfacer nuestras necesidades urgentes.

Era muy curioso, un grupo completamente disímil, de gente que conocía por primera vez abordo de mi auto y dando vueltas a las 3 de la mañana por las calles de Miraflores.Y todos bastante sanos, sobrios (una integrante media pikachú pero no voy a mencionar su nombre pues los caballeros no tenemos memoria y si más bien miedo de que nos persigan a carterazos) y sin parar de hablar, pensando tal vez,pobres ilusos, que el aire llena el estómago.

Instalados en el Pit´s, comenzamos a ver la carta. Yo ya la había visualizado desde que salimos del pub, una salchipapas ahogada y cocinada en Castrol GTX,recontra colesterolosa y con papitas recontra crunchies.Diego y Leuzor un par de sandwiches, La Pechocha un mixto (jamón con queso, malpensados) y Monich "una porción de anticuchitos nomás, ay, me encantan los anticuchitos".

Cuando traen los platos, nos quedamos sorprendidos del plato de Monich.Era una fuente con dos palos de anticuchos versión large, un par de porciones de choclo, papas sancochadas y doradas de guarnición y una poderosa salsa criolla con su ajicito más al medio.

(Auditorio, sorprendido)"Pasu madre Monich, te vas a comer todo eso??"
(Monich con ojos desorbitados)"Ay, me encantan los anticuchitos, quieren?"
(Auditorio más sorprendido,casi confundido) " Ya, despues te ayudamos"

Siguieron las conversaciones, las confesiones, la llegada de personajes trasnochados y disímiles al local. Un borrachín dando vivas a un político, el mozo que se demoró una eternidad en traer un tenedor y las 4 de la mañana sin que nadie se de cuenta.La madrugada, cuando deja de ser peligrosa en Lima, puede ser muy interesante.

(Auditorio, pasmado) " Monich, estaban ricos no???"
(Monich,poco propensa al diálogo) "Mmmm!!!Mmmmm!!!Mmmmm!!!"
(Auditorio,incrédulo) "Monich, que buen diente!!"
(Monich,incomunicada) " Mmmmmm,Mmmmm;Mmmmmm"
(Auditorio,con esperanzas nulas de probar los anticuchos)"Monich,que te mantenga el Estado!!!!!"
(Monich, dando la estocada final al remanente de choclito) "Ay, es que me encantan los anticuchitos"

En honor a la verdad, alcanzé a picotear una papita dorada en un descuido de Monich. Lo puedo contar ahora, sin temor por mi integridad física.

Llegó la tacuen, todo resuelto amigablemente y de nuevo al Taxi Mambo para dejar a todos en lugares cercanos o en casa. Abacho y becho con la pechocha,buena suerte para Diego a quien acercamos a algun sitio, un hasta luego para Leuzor que se quedo en la Petit Thouars (y hasta ahora no confiesa que se metió al Superba a empujarse un caldo de gallina) y paradero final en la casa de Monich, con abacho ,becho y constatación que entró a su casa sana,salva y por supuesto,bien alimentada.

Llegué a mi casa a las 5:15 de la mañana. Hecho puré,completamente agotado y sabiendo que tenía que levantarme a las 8:00 a.m.No estaba borracho, no me había juergueado ,no había flirteado con nadie, me había portado sorprendentemente bien y lo mejor de todo, me había sentido muy bien con gente a la que recién había conocido.

Me estaré volviendo viejo a los 39?

Quiero pensar, más bien, que me estoy civilizando.

Saludos/Schatz


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